uno ve las fotos, y son como un viaje de ida y vuelta, se ruboriza el rostro, se acalambra el corazón de solo pensar en el privilegio que tenemos como grupo de poder estar ahí, tendiendo un mano, regalando abrazos por doquier, sin importar nada...un registro que hace bien a la vista y que glorifica el alma, de estos 17 tripulantes que se han subido al barco y que ahora no quieren dejar de navegar por nada en el mundo...
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uno ve las fotos, y son como un viaje de ida y vuelta, se ruboriza el rostro, se acalambra el corazón de solo pensar en el privilegio que tenemos como grupo de poder estar ahí, tendiendo un mano, regalando abrazos por doquier, sin importar nada...un registro que hace bien a la vista y que glorifica el alma, de estos 17 tripulantes que se han subido al barco y que ahora no quieren dejar de navegar por nada en el mundo...
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